Antes de empezar mi aventura por el Sudeste Asiático tenía muchas dudas. Asia era un continente que siempre había querido visitar, pero por ser tan lejano nunca había ido. Desde Chile resulta ser un viaje muy largo y muy caro.
Finalmente, se dieron las condiciones y estando en Alemania compré un pasaje sin retorno a Saigon, Vietnam. Un ticket que, sin saberlo en ese momento, iba a cambiar mi vida para siempre.
Cuando llegué no había solucionado el tema del transporte, así es que en el aeropuerto, luego de pasar por la policía internacional y después de comprar una SimCard para el teléfono, me dediqué a averiguar cuál era la mejor manera de llegar a la escuela de inglés donde fui voluntaria a cambio de alojamiento y comida por una semana.
Me recomendaron descargar Grab, que es el equivalente de Uber. En menos de 5 minutos ya estaba arriba de un auto.
Shock inicial
Mi primer encuentro con la ciudad fue un shock total, no podía creer el tráfico y especialmente la cantidad de motos y todo lo que aquellas personas transportaban en ellas. Familias completas, muebles, compras, en fin, de todo.
La escuela de Inglés en la que hice de voluntaria quedaba a las afueras de Saigon, por lo que el viaje duró unos buenos 30 minutos, que me permitieron hacerme una idea en lo que me estaba metiendo.
Los olores, la gente, la sensación de la ciudad, todo era diferente, pero se sentía tan bien, tuve la sensación en mi cuerpo de que ese era exactamente el lugar en el que debía estar en ese momento. Fue un sentimiento maravilloso.
Cuando llegué la profesora me recibió con una gran sonrisa, me mostró la escuela, mi habitación, me presentó a su familia y me dio mi primera comida vietnamita que venía en una bolsa plástica, shock nuevamente. La comida no tenía un aspecto muy bonito, pero tenía un olor increíble, así es que la probé y me encantó.

Mi primera vez en el baño en Asia
Después de instalarme en mi nueva habitación, fue tiempo de ir al baño y sorpresa!.
Luego de estar lista comencé a buscar el papel, pero no había, encontré una manguera así es que intuí lo que había que hacer. Por suerte había una repisa con muchas toallas limpias sobre la taza del baño.
Al principio me pareció un fastidio tener que ir con mi toalla, lavarme y mojarme cada vez que iba al baño, pero la verdad es que me terminó gustando la sensación fresca y limpia que tenía después. De hecho, fue una de las cosas que más extrañé cuando volví a occidente unos meses más tarde.
Primeros pasos
Después de descansar y adecuarme al nuevo horario decidí salir a ver la ciudad. Decidí que mi primer paso debería ser familiarizarme con la comida, para saber qué comprar por el resto de mi estadía en Vietnam.
Reservé un tour de comida a través de la sección Experiencias de Airbnb que me encantó. Me tocó un chico estudiante de turismo, que me llevó en su moto por diferentes mercados y barrios de Ho Chi Minh (Saigon) y me explicó la historia y los ingredientes de los platos típicos de la cocina vietnamita, además de muchos datos interesantes acerca de la cultura y la ciudad.

Después de un día lleno de comida deliciosa y conversación amistosa, estaba lista para enfrentar mi aventura en Vietnam, que me llevaría a través de hermosos paisajes y personas increíbles que quedaron atrapadas en mi corazón hasta hoy.
Natiii! No creo que te acuerdes de mi, nos conocimos en san Pedro! Que increíble viaje te mandaste en asia 😱😱 ojalá nunca pierdas tu sentido aventurero. Un abrazo
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Hola Caro! claro que me acuerdo, de ti y Joao y nuestros paseos conociendo San Pedro, gracias a ustedes lo pasé espectacular! buenos compañeros de viaje ❤
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