Saliendo de la Universidad, comencé a preparar mi primer viaje sola a otro continente. En realidad, era una idea que venía contemplando hacía años, pero ahora se daban las condiciones: estaba ganando dinero en mi primer trabajo y eventualmente tendría tiempo.
Como buena amante de la historia contemporánea, mi objetivo era recorrer Europa. Pero como quería pasar un tiempo largo, tenía que hacer rendir el dinero. Por lo que pasaba horas en el computador averiguando todo sobre aviones, trenes, horarios, precios, hostales, tours, alojamiento y esto era lo más caro.
Así que pensé en probar con Couchsurfing, una página que conecta a viajeros de todo el mundo, y como su nombre lo dice, te permite solicitar un sofá (couch) para alojar. En el fondo es un intercambio cultural a cambio de un lugar para dormir.

En el papel sonaba como una maravilla, poder viajar y dormir gratis. Pero pensé que debería saber exactamente de qué se trataba antes de aventurarme sola en otro continente.
Por lo tanto, un año antes del viaje (2011) me di de alta en el sitio y, luego de discutirlo con mi roomie (mi hermana), comenzamos a recibir en nuestro departamento a viajeros extranjeros que pasaban por Santiago de Chile.
Experiencia en Couchsurfing como Anfitriona
Por supuesto, me preocupaba mi seguridad y la de mi hermana. Luego de cada solicitud leíamos cuidadosamente el perfil y las reseñas de cada interesad@, y decidíamos quien sería el próximo invitado.
En resumen, tuvimos 5 o 6 personas en un año, y la experiencia fue maravillosa.
Me di cuenta que mi inglés era mejor de lo que creía y que, a pesar de considerarme una chica muy tímida, logré pasarlo bien conociendo y compartiendo con gente nueva, provenientes de culturas muy diferentes a la mía.
Comencé amistades, algunas duraron más que otras. Pero todas fueron valoradas. Incluso años después me encontré con alguno de ellos en otros viajes alrededor del mundo.
Experiencia en Couchsurfing como Huésped
Finalmente, en mayo de 2012, después de que me despidieron en mi primer trabajo real, llegó mi hora de viajar. Como era mi primera vez sola, trabajé mucho la planificación de los dos meses que pasaría recorriendo Europa.
Y felizmente todo resultó bien, no necesariamente de acuerdo al plan todo el tiempo, pero no tuve experiencias realmente malas. Estas fueron mis experiencias de Couchsurfing durante ese viaje:
- Roma, Italia.
- Patras, Grecia.
- Atenas, Grecia.
- Mykonos, Grecia.
- Berlín, Alemania.
- Londres, Inglaterra.
- París, Francia.
- Bilbao, España.

Con Francesco, mi anfitrión en Roma, Italia. Cada día después de su trabajo me llevaba a conocer un lugar diferente de su ciudad.

Grupo de otros viajeros que conocí a través de la parte de eventos de Couchsurfing. Todos andábamos viajando solos en Londres, así que nos juntamos para ir a un festival de música. Nos llevamos tan bien que recorrimos la ciudad juntos hasta que cada uno siguió con su viaje luego de unos días.
Tuve solo una experiencia muy extraña en Atenas, donde por fui a dar a una casa Okupa con unos españoles, pertenecientes al movimiento de los Indignados. Donde la policía llegó a irrumpir para desalojarlos, por suerte, no estábamos ahí, pero me tocó mirar con mucho miedo lo que estaba ocurriendo desde la esquina.
En verdad, no tengo idea de qué podría haberme pasado de haber estado dentro de la casa, sin hablar griego par poder comunicarme. Y creo que prefiero no saber.
Esa misma noche, cuando la policía se disipó y mi anfitrión apareció, le dije que había encontrado otro lugar donde dormir (mentira, estaba tan nerviosa que lo único que tenía claro era que no podía dormir allí), así que entré a buscar mi mochila y salí a buscar un hostal a la 1 de la madrugada.
Creo que experiencias como esta me hicieron ser una viajera más precavida y me enseñaron a que puedo sobreponerme, resolver problemas, etc!

Odysseas y su hermano Nikona, con quienes me quedé en el puerto de Patras, en mi primera visita a Grecia. La primera noche me llevaron a beber Ouzo, y luego me hicieron dirigir el camino de vuelta. No sé cuántas vueltas nos dimos, pero lo pasamos muy bien.

Después de la experiencia con los Okupas en Atenas, encontré otro anfitrión, Stratos, que me llevó a conocer toda la costa del Pelopoeneso (al sur de Atenas) hasta el Templo de Zeus que se puede ver en la foto. Me contó mucho de la historia de Grecia y sus mitos, incluso por qué el Mar Egeo lleva ese nombre.

Rebeca, na amiga que encontré en el camino. Ella arregló nuestro alojamiento en Mykonos también a través de Couchsurfing. Cuando llegamos a la isla , nuestro anfitrión nos fue a buscar al puerto y nos llevó al restaurant donde trabajaba. Allí nos esperaban con un tentempié exquisito Grecia Style!

La fabulosa casa típica de las islas griegas donde nos quedamos con Rebeca. Nuestro anfitrión nos comentó que esa casa tenía más de 300 años y que él la heredó de su abuela.

Los amigos del piso que me quedé en Bilbao, Sonia, Eneko (de verde) y la pandilla. Gracias a ellos probé los maravilloso pinchos y el chacolí y pasamos unas lindas tardes tomando cerveza en la ría.
Otros tips para ahorrar
- No comer en restaurantes, comprar comida en supermercados y en la calle calle (creo que esos meses comí solo sandwiches, yogures y galletas)
- Usar el transporte público, demoramos más, pero ahorramos mucho
- Si no te gusta Couchsurfing, los hostales en dormitorios compartidos son la siguiente mejor opción
- Acepta las invitaciones y la ayuda que seguro te van a ofrecer en tu camino, siempre y cuando sientas confianza, recuerda usar tu intuición
- Pregunta por datos de comida o souvenirs económicos a la gente del lugar, ellos siempre serán mejor que cualquier guía
- Hacer tour gratuitos a pie llegando a cada ciudad para conocer el lugar y preguntarle al guía por consejos para ahorrar
Mis conclusiones
Además de intercambio de alojamiento, Couchsurfing es una buena herramienta para conseguir información de primera mano de algún destino que tenga en mente.
Cada vez que estoy preparando un viaje y necesito información. Trato de contactar con personas originarias del lugar a través de Couchsurfing.
La última vez que lo usé fue en Seúl, Corea del Sur (Diciembre, 2019). Es un destino muy caro y logré ahorrar mucho gracias a un chico que vive en el distrito universitario, quien además me mostró la comida y cómo es la vida de los jóvenes en esa ciudad.
Estoy infinitamente agradecida por mi suerte y de todas las personas que contacté, hicieron mis viajes más fáciles y me enseñaron tanto más de lo que esperaba aprender de cada destino. He oído que existen historias no tan felices, por lo mismo el llamado es a ser precavido y estar siempre alertas.
Perdonen que no tengo más fotos, fue hace mucho tiempo y las fui perdiendo en cada cambio de celular y computadora.